miércoles, 22 de mayo de 2013

Viaje al planeta de los pequeños gestos.




Durante esta entrada, voy a expresar mi experiencia en un viaje interior al planeta de los pequeños gestos. He elegido esta experiencia porque durante mi vida he llegado a observar y a vivir distintos tipos de gestos diminutos y de los que estoy segura que un pequeño porcentaje de las personas tienen en cuenta.
La mayoría de las personas no se dan cuenta de lo que ocurre a su alrededor. Pero a la vez existen aquellas que van recopilando sucesos insignificantes para muchos, pero a la vez importantes para otros.
 Cada uno tenemos nuestro propio mundo, tanto los seres humanos, como un perro o una simple hormiga. Lo que tu llamas “tu mundo” esta a su vez compuesto por otros muchos más, pero no tienen porque estar unidos entre sí. Para ser consciente de ello, bastaría con entrar en uno de esos mundos, en un mundo donde todo lo que importa y en lo único que se piensa es en esos pequeños gestos a los que nadie presta atención.
Entremos en ese mundo de los pequeños gestos, para ello se deben alejar de nuestra mente todos aquellos recuerdos que son como la punta de un iceberg. Derritamos esa punta de nuestro iceberg donde se procesan los pensamientos más destacados para cada uno. Mediante nos aproximamos al corazón del iceberg, irá apareciendo el recorrido de todos los pequeños gestos que hemos experimentado a lo largo de nuestra vida.
Esa forma en la que un chico/a te coge de la mano ,cuando tu madre te consuela acariciando tu cabeza, una simple mirada que lo dice todo o una sonrisa... Recupera todos esos gestos de los que nunca te percataste de que existían, los que van creando en conjunto un sentimiento o una experiencia.
Nos vamos acercando a la parte final del iceberg, parte que se encuentra sumergida en el agua y que no es visible. Ahí se encuentran todo el cumulo de gestos, organizados entre sí, formando un camino.
Pequeños movimientos que nos aportan sensaciones. Sensaciones que van unidas entre si de forma que hace de un pequeño gesto lo que tu llamas “tu mundo”. Hemos recorrido un viaje profundo al inicio de todo lo que sentimos.
No está de más que se viaje de vez en cuando a este pequeño mundo. Volver a sentir esos pequeños gestos que marcan tu vida y comprobar que todos ellos forman un mundo a parte.
Sinceramente, me he percatado de que yo formo parte de ese diminuto porcentaje de personas que viven en el mundo de los pequeños gestos. No solo recopilo gestos que me ocurren en primera persona, también guardo y atesoro los que observo que les ocurren o hacen otras personas de mi alrededor.


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